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martes, 22 de enero de 2013

El tío Estiv / Steve

El 15 de diciembre del 2012 conocí -gracias a mi mujer- a un hombre excepcional.

Stephen Reifenberg es su nombre y conoce a nuestro país desde 1982, año en que vino en condición de voluntario a apoyar la gestión de un hogar de menores en La Granja, un compromiso con él mismo y que lo tuvo en Chile por dos años.

No contaré su biografía ni los detalles de sus viajes a Chile, pues todo ello es accesible en la web o comprando el libro "Los Niños de La Granja, lo que aprendí en un hogar de menores de Santiago", con prólogo de Benito Baranda, su amigo.

Sí quiero contar su compromiso con la Educación y los servicios a la comunidad.

Participé -de intruso- el 15 de diciembre en una actividad en la Universidad Alberto Hurtado, con jóvenes adolescentes de Educación Media, que aprenden Inglés, estando adscritos al programa de aprendizaje de inglés English Access Program. Esa mañana recogimos a Steve del hotel y lo llevamos a la Universidad, donde dió una brillante charla bilingüe a los jóvenes, y expresó su capacidad y su humanidad. Lo disfruté y lo admiré.

Steve nos invitó a participar el día siguiente en una actividad en el Hogar de Menores Domingo Savio, hoy Mi Club Domingo Savio, donde él fué voluntario y se reunirían los actuales niños, los que Steve conoció cuando eran niños, diversos colaboradores, la Directora Olga Díaz y amigos. Aceptamos encantados.

Una impresionante puesta en escena de la historia del hogar, la historia de Chile en esa época, la evolución a través de la música y TV de la situación en nuestro país y las "actividades" del tío "Estiv", por Steve pronunciado en chileno, fueron la ambientación de una obra actuada por los actuales participantes de Mi Club Domingo Savio, con asistencia de varios de los niños que vivían en el Hogar el año 83 y que hoy son adultos con diversas actividades y que han logrado salir adelante con sus vidas, con todos los sabores que esto signifique.

Actual voluntario "gringo" del hogar hizo el papel de Steve, causando risas y aplausos por ser reconocible la presencia de un gringo "naif" pero nada de tonto, imposible con el idioma pero capaz de entender la psicología de los niños, aunque ésto se percibe muy bien en el libro, traducción al español de su original en inglés (gran aspiración de los antiguos niños era poder leer en español las aventuras y descripciones del tío Steve y verse representados).

Departiendo después del acto con la Directora Olga Díaz, otra mujer excepcional, y otros participantes e invitados, pudimos conocer las obras de los niños, en artesanía, música y diversas actividades que realizan. 

En una mesa, la Editora del libro, "Ediciones De la Lumbre" tenía los libros a la venta. Todos los fondos recaudados van a Mi Club Domingo Savio. Decidí que ese sería mi regalo de Navidad a las personas que respeto y quiero.

Dedicatoria personal
Compré varios libros y Steve me tiró una talla: que solamente su madre había comprado tantos libros. Pero para mí es muy valioso. Conozco el tema de los servicios a la comunidad; la Educación y sus problemas; la dificultad de trabajar con niños en "condición de calle" como le dicen ahora.

Este libro me ayuda a decirle a mis cercanos lo que yo sentí de joven y sigo sintiendo respecto a la calidad de las personas y el merecimiento de todo individuo a un mundo mejor. Recordé las ganas de resolver el hambre del mundo y otras utopías que uno sueña en la juventud.

Como ayudar (haz clic en la imagen)
Recibí "feedback" del regalo. El primero en llamarme fue mi hijo Jaime Rafael, que es médico en Arica. Me agradeció el regalo. Me contó que lo había leido sin detenerse casi, en dos días y que ahora lo estaba leyendo Morgana, su mujer (voy a tener una nieta en poco tiempo). Mi hijo nació en la época que Steve vivió en Chile y su comentario fue: "Papá, gracias por el libro. Entiendo lo mal que lo pasó mucha gente en el Chile de esa época, pero también creo que Steve Reifenberg lo pasó mucho peor de lo que cuenta en el libro". Agrego que además se sabe la biografía de Steve y sus actividades.

Mi sobrino y ahijado Benjamín, psicólogo, está en la mitad del libro y muy entusiasmado. Mi madre lo lee con ciertos reparos. Mi hermana Cecilia exige aclaraciones. Mi amigo Gabriel Bunster escribió un artículo en su blog, gratamente impactado con el libro (me cuenta que se pasaba de estaciones de Metro o que se detenía antes de entrar a su departamento para no suspender la lectura).

Mis hijas me retan porque no les regalé el libro.

Creo que este libro ha causado una positiva revolución en mi círculo más cercano y agradezco a Steve su valentía y compromiso con la humanidad.