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domingo, 11 de abril de 2010

Citado a una Cumbre por Tito

Durante las últimas tres semanas sostuve reiterados diálogos con Tito, mi amigo del Puente Pedro de Valdivia.

El objetivo de estos cortos encuentros era evaluar con profundidad el impacto que podría tener en sus ingresos el hecho de andar en una silla eléctrica. El temor -expresado por varios de mis amigos y contertulios del blog- era que, al verlo movilizado tan elegántemente, dejaran de darle las aportaciones voluntarias, con las que se construye un sobresueldo. Como dato ilustrativo, les adjunto su liquidación de sueldo.

También nos preocupaba el tema de la "beneficencia" y no afectar su propia integridad.
Se consulta nuevamente la decisión y él concluye que es tan fuerte el dolor y los calambres que lo aquejan que está dispuesto a tener menores ingresos para poder descansar su adolorido cuerpo y sobre todo sus manos.
Definida la estrategia nos ponemos en acción para lograr el objetivo: una silla eléctrica para Tito.
Pasaron varios días, durante los cuales seguía validando su decisión. Cuando tuve la convicción de que íbamos por el camino correcto le planteé: Tito, te voy a tomar una foto para que mis amigos te conozcan. ¿Estás de acuerdo?
De acuerdo, me dijo, pero con una condición.
¿Cuál es la condición?
"Que me saques una foto de cuerpo entero". Y, al igual que otras veces, se murió de la risa y se alejó en su carrito hacia la esquina. No perdía su sentido del humor.
Pero el jueves pasado, durante mi breve parada en el semáforo, Tito me pide que abra la puerta de la camioneta, me saluda con su mano áspera y cálida y me dice: "Necesito que conversemos, pero no en el puente sino que con tranquilidad y poder mirar tus ojos frente a frente, a la misma altura".
Me asusté un poco, pensando en quizás qué problemas pudiera tener Tito, para tanto misterio, pero quedamos de que yo caminaría de a pié, ese mismo dia a la hora de almuerzo y conversábamos.
Llegué a la cita las 2 pm. Me pide que lo ayude a cruzar rápido el puente y subir al parque lateral, para conversar a la sombra.
Logrado, me pide que me siente en un banco y él se posiciona en el pasto, un poco en altura y quedamos los dos al mismo nivel. Sus ojos, frente a los míos, segun su petición.
Bueno amigo, ¿por qué tanto misterio?¿qué necesitas?
Yo, a todo esto, me había pasado todo tipo de elucubraciones y películas. ¿Necesitará dinero?¿Enfermedad? En fin, entendamos que necesitaba algo, lo que en su condición es casi un estado permanente.
Me dice que me tiene que pedir un favor muy importante y mi perdón por lo que me iba a plantear.
¿Perdón de qué? Dale con el favor.
Y el me dice: "Perdóname lo que te he hecho trabajar y sé las movidas que estás haciendo para conseguirme la silla pero te quiero decir que NO QUIERO LA SILLA.
A ver, le digo, hemos evaluado esto por semanas y tu decisión fue que necesitabas la silla, a pesar de los problemas que podría generarte.
Si, me dice. Por eso es que te pido perdón, porque yo sé que necesito la silla y me encantaría tenerla, pero hay un gran problema: en donde yo vivo yo no soy respetado sino maltratado; para llegar a mi pieza debo pasar por varios pasillos donde no cabe la silla con facilidad y tendría que dejarla afuera y me la van a robar para venderla. Son "patos malos" que no me quieren y si ven la silla me la van a quitar, aunque sea para reirse de mi.
Por eso te pido perdón y ojalá me sigas teniendo como amigo y no te desencantes de mi por esto. Yo quisiera seguir con esta amistad pero entiendo si te enojas conmigo o te olvidas de mi.
Tito, le dije, esta es una gran oportunidad. Solamente tenemos que cambiar el plan y en vez de la silla busquemos una casa, para que vivas seguro y tranquilo.
Casi se me desmorona el Tito. Me plantea que el tiene una libreta para postular a la vivienda pero que "un patrón" se la pidio para ponerle plata y despues no supo nada.
Bien, le propuse, recupera la libreta, ya sea con el "patrón" o saca un duplicado. Cuando la tengas, hablaré con tus amigos y mis amigos, y por cada luca que tu deposites nosotros te depositamos diez lucas, hasta que logremos la nueva casa.
Y en eso estamos ahora.
La silla quedó en carpeta para cuando Tito tenga su casa y pueda funcionar sin restricciones y, ya saben la acción del momento amigos, a llenarle la libreta para que Tito tenga privacidad y confort.
Despues igual irá la silla.

4 comentarios:

  1. Lloro al terminar de leer estas líneas tuyas Jaime; conmovido.
    Te veo.

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  2. mision tito :).. vamos que se puede!!.. el carrito fue anunciado entre mis compañeros veamos que pasa

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  3. Veamos còmo reacciona la gente que lee estas propuestas de solidaridad.
    Mi hija Isidora està embalada en un diseño de carro en que pueda aliviar el uso de sus manos.
    Tito, por su parte (se llama Eliecer verdaderamente), cumpartiò conmigo un diseño que èl tiene en mente: una bicicleta torpedo (que frena al accionar los pedales hacia atràs), con un coche que èl llama "americano": de tres ruedas, que no he podido identificar con claridad.
    Si ustedes que me leen me ayudan, podremos hacer un progreso en las condiciones de desempeño de mi amigo Tito, que para los que no hayan deducido, es el diminutivo -o abreviaciòn de su condiciòn: cor-tito.

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  4. Querido tìo, un gran abrazo cibernético por esa linda amistad.
    No tengo muchas lucas pero algo aportaré, ojalá se sume más gente.
    Una excusa por andar "cortito" de plata, sería una dura ironía...

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