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miércoles, 31 de marzo de 2010

Piazzolla y Barenboim

Parece que nunca es suficiente lo bueno.
Creo que esto les va a gustar. O al menos eso espero.
Ustedes dirán.


Mas sinfónico ahora.

Maestro de maestros

Hay varios maestros del piano que están vivos, suficientemente buenos como para reemplazar o superar a Claudio Arrau como intérpretes de alto nivel del piano.
Sin embargo Daniel Barenboim tiene características especiales: es un gran pedagogo de maestros del piano y es argentino, si bien no vive en el pais hermano desde los 10 años.
Fue tal el profundo impacto de Buenos Aires, Piazzolla y el tango, que su gran afición es lo que se refleja en la entrada de Buenos Aires y Daniel Barenboim.
Les doy a conocer pequeños trozos de su vida y su música.
Vean http://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/barenboim.htm





Pueden conocer mas de este maestro a traves de http://www.baremboin.said/

lunes, 29 de marzo de 2010

Buenos Aires y Daniel Barenboim


Cada oportunidad que tengo de viajar a Buenos Aires la aprovecho al máximo.
Buenos Aires para mi es la ciudad mas entretenida, completa, cercana, llena de expresiones culturales, obras de teatro, música, exposiciones, museos y -por supuesto- restoranes.
La mezcla es perfecta y adictiva.
Me tocó -hace mucho tiempo- vivir varios años en esta fantástica urbe y conocí un mundo diferente, entretenido, gente gozando de la vida y disfrutando, con vida de barrio a pesar de su magnitud.
Tengo algunos amigos allá. Particularmente, el matrimonio de profesores universitarios que me arrendaba -alquilaba- un departamento en el barrio de Caballito. Ella, Rosa María, escogida unilateralmente por mi (egoístamente, porque me aprovecho de sus conocimientos para evitarme investigar o aprender por mi mismo) como mi asesora en Gramática y Lenguaje. El, Alejandro, es mi gran  ejemplo de sabiduría, con una capacidad y paciencia generosa cuando me explica o intenta traspasarme -inútilmente- algo de su inconmensurable conocimiento filosófico sobre Spinoza, la substancia y la naturaleza creada .
Ellos son personas grandes (asi le dicen a los mayores en Argentina) y yo agregaría que ambos son grandes personas, con las que he compartido desde Isla Negra y Neruda, cuando viajaron a Chile hace unos años, hasta la obra August: Osage County que vimos juntos en Buenos Aires hace pocos meses, invitados por ellos.

Compartimos tambien el agrado de conversar, la literatura y la música.
Los visitaré cada vez que pueda porque disfruto mucho su compañía y además hacen regalos de valor, como la versión que adjunto de Daniel Barenboim, que ellos nos obsequiaron en nuestro último encuentro.

domingo, 28 de marzo de 2010

La Pesca del Lenguado


Hace unos meses, mi hijo Jaime Rafael, que es médico, recientemente recibido, me preguntó: Papá, ¿Cuando vamos a ir de nuevo a pescar lenguados?
Recordando lo que nos costó, hace 8 años, comernos el único lenguado que pescamos, lleno de arena por el viento que surgió de pronto, le espeté: No te gustó el lenguado.
Me retruca: "No padre, el lenguado me dá lo mismo. Lo que quisiera es recrear los sentimientos de camaradería, agrado, felicidad y amistad de esos momentos".
Que dificil es hacerse el tiempo para poder disfrutar los momentos de cercanía que producen felicidad y generan los afectos.
Me hizo recordar mis salidas a pescar con mi padre, que murió muy joven, cuando yo tenía 12 años. Solamente pescábamos pejerreyes, en un  tranque chiquito, con carnada de pan o gusanos de tebo. Super básico, pero tenía el sabor que mi hijo describió como camaradería, agrado, felicidad y amistad.
No sólo de esos momentos, agrego yo. De todos los momentos en que se puede juntar personas que se quieren, se respetan y se admiran.
¿Soñador?

sábado, 27 de marzo de 2010

Los Ovnis en Nancagua y la Cápsula Soyuz


Mi hermana Patricia y varios matrimonios amigos arrendaban todos los veranos -por muchos años- una casa patronal de un fundo en Nancagua, cerca de Santa Cruz.
Era una casa enorme, con muchas habitaciones, gran comedor y lugares de holgura, comodidad y disfrute de la vida.
Ella me invitó muchos veranos a pasar unos dias y tengo hermosos recuerdos de las cabalgatas, varias regadas cenas, carretón de paseo al río y -por supuesto- los calores de verano, que inducían a unas reponedoras siestas.
Se armaban simpáticas tertulias, donde se conversaba de todo y -principalmente- se hacía música. Mi hermana Patricia canta precioso y -acompañada por todos los participantes- lograba armar una especie de concierto participativo, donde ella ponía la calidad de su voz y guitarra y los demás poníamos un tremendo entusiasmo, incluyendo los quince o veinte cabros chicos que se juntaban entre los hijos míos, los de la Paty y los de sus amigos.
En definitiva, un panorama maravilloso.
Una noche, despues de cenar, mi primo Guillermo, que es médico, mi cuñado Mauricio, mueblista y el que escribe, decidimos salir a caminar por las cercanías. La noche estaba fresca y agradable. La luna permitía ver con claridad los senderos y caminos y en poco rato tendríamos el canturreo habitual, por lo que estábamos sesudamente decidiendo el repertorio.
Avanzábamos por un camino de tierra entre cuarteles de vides cuando vimos un terreno sin plantar, con un círculo de unos veinte metros de diámetro, con signos de quemazón. Humeaba y habían restos de pequeñas brasas.
Bien raro, nos dijimos. Si fuera un roce a fuego para quemar maleza y preparar la tierra no tendria la forma circular tan perfecta que estábamos observando.
Estábamos en esa conversación, intrigados, cuando vemos desde los cerros tres bolas de colores, de tamaño indeterminado y que giraban o emitían luces circulares, acercándose al lugar donde estábamos parados.
Impresionante la visión pero más impresionante fue el susto que nos llevamos porque estas bolas, como de plástico, con colores, se acercaban y alejaban de nosotros, en forma errática.
Mi primo Guillermo nos dice: "no se asusten, si son extraterrestres pueden leernos el pensamiento y debemos estar serenos". Mauricio y yo, muertos de susto, decidimos tirarnos adentro de una zanja, al lado del camino. Guillermos nos siguió bien pronto.
Es imposible para mi describir tamaños, dimensiones, velocidad. Lo que si puedo decir es que había cierta belleza en esas luces pero el miedo te impide pensar con claridad.
Guillermo insistió en que deberíamos comunicarnos con ellos, o con eso. El daba por descontado que tenían poderes telepáticos y que un encuentro cercano de tercer tipo iba a producirse.
Despues de varios giros y desplazamientos, los tres aparatos, o bolas, se desplazaron a gran velocidad hacia los cerros y quebradas, desapareciendo, tan abruptamente como se habían presentado.
Volvimos a la casa y contamos nuestra experiencia. Obviamente, nadie nos creyó. "Es otra broma de Mauricio, o de Jaime, porque les encanta molestarnos", decían varios.
Pasamos toda la noche mirando al cielo y buscando poder ver o recrear lo que habíamos vivido.
Nada pasó y nos dormimos.
Al dia siguiente, tomando desayuno, decidimos que teníamos que avisar a la Fuerza Aérea y contar lo que vimos. Pero no sabíamos donde ni como, ni teníamos pruebas, ni fotos. Solamente un dibujo que yo hice con un lápiz a pasta en una servilleta.
Mauricio propone ir a Santa Cruz, a la radio, y contar este cuento.
Excelente idea, dijimos. Los periodistas nos creerán y además podrán ayudarnos a contactar a la FACH.
Llegamos a Santa Cruz, tardecito, como a las 12. Fuimos a la radio y había un periodista, o encargado, que nos escuchó y dijo: "No. lo que ustedes vieron no fue un Ovni. Vieron los restos de una cápsula Soyuz, soviética, que cayó anoche".
Guillermo le dice que la cápsula Soyuz cayó en el Pacífico y que una pequeña parte cayó en Neuquén, Argentina, pero que era imposible que cayera en Nancagua y se comportara como lo hicieron las bolas de colores.
El hombre nos mira y nos pregunta: ¿Cuantos piscos sour se tomaron anoche?
Nos miramos con complicidad. Seguramente más de uno.
Viene Mauricio y propone: "Vamos a tomarnos uno al Club de Santa Cruz. Nadie nos va a creer".
Bien dijimos.
Vean esto que salió en emol hoy 31 de marzo

Y esto es lo que une en mi mente los ovnis con el periodismo y la ruta del vino de Santa Cruz.
Como dijo el huaso: "Exceso de falta de ignorancia, pu' iñor".

La Música y la Alegría de Vivir


Segun expertos, la pérdida de la audición es mas invalidante que la ceguera.
Dificil saberlo con certeza.
En mis años de vida he viajado bastante, recorriendo lugares remotos, ya sea por trabajo, por vacaciones o compartiendo actividades con amigos y tambien acompañando por años a mis hijos a sus actividades deportivas. La memoria de lo 'visto' me hace pensar que perder la visión debe ser muy duro.
No obstante, mi relación con la audición llena mi vida de sabores, colores, recuerdos de mi abuelo Rafael, que tocaba el piano y nos hacía escucharlo tendidos debajo de su Steinway.
Yo no tengo la capacidad de crear música, de componer. Asimismo, mis capacidades de interpretación son muy limitadas, con suerte a un guitarreo básico o la polka de los perros al piano.
Sin embargo, mi capacidad de oir música no tiene límites. Me gusta toda. Clásica yo destacaría en un primer lugar. Española podría ser gran preferida, en todos sus sabores, quizás exceptuando el 'cantejondo'.

Tambien admiro grandes bandas, como Pink Floyd y otros, que me retrotraen a mi juventud. Música de películas, admirables obras. Todo me gusta, lo que incluye algunas expresiones de folklore, que en  nuestro pais es bastante pobre pero hay ciertas expresiones de mucho valor.
La Música me produce alegría de vivir y querer a la gente. Me hace bien.
Es por ese motivo que me declaro 'escuchador' de música.
¿Por qué escribo esta intimidad que puede no importarle a nadie?
Porque debo agradecer y reconocerle a la música un rol que ha sido determinante en mi vida. El acceso a la alegría de vivir mejor y poder compartirla. La compartí con mi abuelo, de quien tengo los recuerdos mas cariñosos y potentes (ya contaré cosas de mi abuelo, si logro suficiente inspiración). La comparto con mi madre, profesora de guitarra y pianista. La comparto con la mujer que quiero, pues afortunadamente coincidimos fuertemente en el gusto por la música. Comparto la música con casi todos. Mis sobrinos, mis hijos, aunque en menor medida (con ellos me cuesta coincidir).
Mi amigo Tito, que no tiene piernas, escucha su radio a pilas todo el día en el Puente Pedro de Valdivia. Más opción por la música. Lo respeto por su calidad humana y su alegría.
En fin, la música es como mi amante y compañera de vida. Espero no perderla y tampoco la audición, que me lo permite (entre paréntesis, Beethoven era sordo, ¿Cómo la hacía?)
Viva la Música.

lunes, 22 de marzo de 2010

Mi amigo "corto". Tito.






Durante los últimos años, paso frecuentemente por el puente Pedro de Valdivia,sobre el Mapocho. En ese lugar, al llegar a la Costanera Andrés Bello, tiene su despacho mi amigo Tito. Tito no tiene piernas útiles y se transporta en un carrito con ruedas, empujándose con dolor con sus manos.
Despues de tantas luces rojas tenemos una especie de amistad y ya conocemos de nuestras vidas como si fuésemos cercanos.
Toda esta relación se produce en los pocos minutos, a veces segundos, que dura la luz roja en esa esquina.
Me asombra de este personaje su calidez y tremendo sentido del humor, que le permite aceptar su condición y hacerla llevadera.
Sabe que tengo un hijo médico y hace unos días me hizo el siguiente comentario: "dígale al doctor que si alguna vez me atiende me tiene que cobrar la mitad". ¿Porqué? Le pregunté. Bueno, porque yo soy cortito y mido la mitad,respondió, y se murió de la risa.
Una silla eléctrica es mi objetivo para que Tito no siga rompiendo sus manos. Si alguien lee esto y tiene alguna idea o información me la hace llegar por favor.

Revisión de mi Relación con los Blogs. ¿Blog o no-Blog?

Revisando artículos de prensa en los dias posteriores al terremoto decidí hacer algunos comentarios a varios artículos que salían publicados. Me dije a mi mismo: Comentaré a través de los blogs, que figuran disponibles en la versión en línea de El Mercurio. De esta manera seguiré aprendiendo mas de lo que Gabriel Bunster me está desasnando.
Empecé a escribir comentarios sobre el problema de los daños estructurales morales que planteaba Felipe Berríos (ver mi comentario SOBRE LA REACCION DE ALGUNOS CIUDADANOS). Tambien hice un par de comentarios sobre la ONEMI y su Directora, la que a mi juicio fue transformada en el jamón del sandwich por todo el mundo y, en fin, buscando aportar mas a la serenidad de los espíritus.
¿Con qué me encontré despues de varios intercambios?
Primero descubrí el bajísimo nivel de los comentarios de los “blogueros”. Vergonzoso el lenguaje, los errores ortográficos y la poca responsabilidad para emtir opiniones absolutas con información incompleta.
En segundo término, quedé asombrado con la agresividad de los comentarios hacia las personas que emitían opiniones distintas a las de sus interlocutores. Agresividad con argumentaciones que no tenían nada que ver muchas veces con el tema que se discutía.
Finalmente, y no menos importante, detecté que los comentarios eran ‘filtrados’ o atrasados en su publicación, por varias horas, lo que me llevó a enviar un comentario directamente al periódico. Pregunté: ¿Y? ¿Blog o no blog?
El diario presentó una excusa al rato despues por las demoras pero para mi quedaba claro que no sirve mucho “bloguear” en cámara lenta y cuando las opiniones ya sean irrelevantes, por lo rápido de los acontecimientos en esos días.
Mi conclusión es que los blogs fueron tomados por la turba, por chusma intelectualmente pobre y cuyo interés es buscar entretención en opinar en contra de los otros mas que expresar opiniones propias. Aparte de la pésima calidad de los aportes.
Por lo tanto, pienso que yo había endiosado la actividad y recibí un golpe de realismo al constatar que una herramienta que podía servir para proponer, discutir, dar ideas, apoyar iniciativas valiosas, era usada con agresividad, descalificaciones y quitándole mérito a los pocos aportes de valor.
Se replantea mi visión de compartir. No me interesa compartir nada con esas personas.
Dudo: ¿Blog o no blog?

Sobre la Reacción de algunos Ciudadanos

El ser humano al enfrentarse a condiciones de riesgo y especialmente cuando peligra la vida cae en “Estado de Naturaleza”, condición que describe crudamente Hobbes en el Leviatán.
Prueba de ello son las manifestaciones observadas, con resultado de saqueos y desmanes producidos despues del terremoto y maremoto.
Sin embargo, no todos los individuos actuaron de esa manera. Una demostración de actitud noble y determinada fue la señora que, habiendo sido invitada a participar en una repartición de víveres, se encontró con una realidad distinta, frente a la cual su reacción fue que no era ese el tipo de mecanismo que estaba dispuesta a utilizar para recibir ayuda y se negó a saquear la tienda.
Mi opinión al respecto es que, asi como algunas edificaciones tuvieron daños estructurales, tambien en las conciencias de las personas se produjo este fenómeno.
Afortunadamente -y tal como en las construcciones solamente algunas deberán ser demolidas y reemplazadas- un pequeño porcentaje de la población presentará daños en su estructura moral. Estos individuos no podrán ser demolidos ni reemplazados pero si pueden ser perseguidos por la justicia y principalmente serán castigados con la repulsa social que sus hechos conllevan.

jueves, 18 de marzo de 2010

Una Copa Rota y la Etapa Posterremoto



Mis comentarios sobre el terremoto, a dos semanas de distancia.

Me tocó vivir el sismo en un piso 16.
Digo vivirlo y no pasarlo. Otros terremotos que me han tocado en la vida me pasaron, pero este último, 'mamma mia',si que lo viví.
Tengo una cierta metodología en caso de sismos, producto de las lecciones de mi abuela María Elgart, quien me enseñó varios “trucos”:
Primero, ponerse zapatos duros. No sirven sandalias ni zapatillas, por los escombros y vidrios que se deben sortear.
Segundo, buscar fuentes de iluminación y radio a pilas.
Despues se debe definir el recorrido para recoger niños, ancianos y salir al exterior. Claro que en el piso 16, no se si es buena idea salir afuera.
Ella tenía permanentemente bajo su cama, un maletín verde que contenía dos mudas –como decía ella- de ropa interior, fósforos, velas, linterna, radio a pilas y elementos de limpieza. Yo me reía de ella pero en el fondo admiraba su entereza y determinación cuando en más de una ocasión ella salió de su departamento terremoteado con su maletín verde y se instaló en la plaza frente al Casino de Viña, donde esperaba pacientemente saber las noticias, reacciones de las autoridades, dimensión de los daños, estado de su departamento, etc…
Cuando tenía certezas de poder reingresar a su casa, entraba y volvía a dejar su maletín verde en su lugar.
Mis daños materiales fueron mínimos. En el lavaplatos de mi cocina había quedado una copa de vino con agua en su interior. Esa copa cayó y se quebró.
Tengo estucos que reponer, pinturas que retocar y muebles que rearmar pero mis daños fueron un televisor que cayó al suelo y no funciona y la copa que les comento.
Barato para tremendo sismo.

No terminaba aun de temblar y llamé a un ser querido. Los celulares ya estaban dando problemas pero afortunadamente pude comunicarme por la red fija. Yo estaba solo en un piso 16 y ella estaba sola en un piso 9.
Paréntesis del momento del sismo: El mirar por la ventana durante un sismo de esa magnitud no es fácil. Cuesta sujetarse y pareciera que todo se viene abajo. La tembladera, por decir de alguna forma, fue espantosa y yo tenía enfrente un espectáculo de edificios danzantes, unos para arriba y abajo, otros como que giraban y luces que se prendian y apagaban en un ritmo frenético.
Vuelvo a mi ser querido: Le recomendé las reglas de mi abuela; zapatos, linterna, etc… y le propuse que me iba a su casa.
Recorrí mis daños, que fueron pocos, a pesar de que todo figuraba en el suelo y yo nunca imaginé que solamente una copa y un televisor serían mis daños.
Bajé por las escaleras, premunido de una linterna y comencé a ver los estucos quebrados y desprendidos en las paredes, luminarias de los pasillos colgando y los vecinos de a poco apareciendo por las puertas, algunas de ellas tenían sus dinteles desencajados, lo que hacía presumir que podían haber personas encerradas sin poder salir al exterior. Afortunadamente no fue tanto el daño sino mas bien apariencias.
Me costó un buen rato poder salir en mi camioneta porque no podíamos destrabar el portón eléctrico. Finalmente partí, al igual que muchos me imagino yo, a acompañar y compartir momentos de apoyo y ayuda que es lo que todos necesitamos en momentos de angustia y peligro.
Llegué al piso 9 y me encuentro con un espectáculo dantesco: estanterías de libros por los suelos, vitrinas de cristal y su contenido de pacientes colecciones de botellas, peineteras, vasitos y todo tipo de antiguedades, quebradas y repartidas por todo el departamento.
Recordé en ese momento mis daños: un televisor y la copa, sola y de largo tallo, quebrada en el lavaplatos de mi cocina.
Nos abrazamos con cariño y empezamos la reconstrucción, tanto material como del alma.