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martes, 8 de marzo de 2011

Felicidad a los dos

Mi hijo mayor, Jaime Rafael, se casó el sábado con Morgana, una linda niña que he aprendido a querer.
Emoción, sentimientos, lágrimas afloraban a la llegada de la novia.
El novio, impaciente, con su madre, a la espera junto al Juez de Paz.
Matrimonio civil, sazonado con un discurso leido por mi hermana Patricia -que habla muy bien- en que se da un toque eclesial, parecido a prédica de matrimonio religioso. Bueno el sermón. Un poquito largo para mi gusto agnóstico.
mientras llegan las fotos reales
Que grato ambiente. Un lugar bucólico, entre árboles de edad, en un parque muy bien cuidado en la localidad de Buin, fue el escogido para esta boda. La elección fue de los novios, como casi todo lo que pasó ese día, lo que creo está bien.
Cóctel, conversación con amigos y parientes. Después la cena. Estupenda, de verdad estupenda.
Pero no solamente de esto es lo que quiero escribir.
Quiero decir: ¡que les vaya bien! Que les sea leve lo complejo y tengan la sabiduría de enfrentar la adversidad cuando sea el momento y de disfrutar los momentos de felicidad con intensidad y gratitud a la vida.
Es lo que no pude decir el sábado, porque no correspondía, no era el momento y porque si lo hacía, mi emoción sería muy grande y no habría podido transmitir adecuadamente mi mensaje.
Felicidad a los dos.
Eso no más, por ahora.

2 comentarios:

  1. Felicitaciones. Ahora comienzas una nueva etapa en la vida, que si Dios quiere estará marcada por el regalo maravillosos que son los nietos. Te lo digo por feliz experiencia.

    JAPalau

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  2. Gracias por las reflexiones, Jaime. Nutritivas al alma.
    Por cierto me sumo a los buenos deseos y parabienes de la nueva pareja.
    BNB

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